El pendulo electrico
El péndulo eléctrico es un sencillo dispositivo empleado con fines didácticos para poner de manifiesto ciertos fenómenos electrostáticos. Consiste usualmente en una pequeña esfera de saúco que pende de un hilo de seda y generalmente se utiliza un par de ellos para mostrar como interactúan entre sí. La ligereza de la bola de saúco permite que ésta experimente un gran desplazamiento cuando sobre ella actúan fuerzas electrostáticas al acercársele un objeto cargado. Es un material aislante, pero la presencia de cierta cantidad de humedad (absorbida del aire) combinada con algunas sales propias de la madera del saúco le confieren una pequeña movilidad a la carga eléctrica; esto es lo que hace que la madera (o la semilla) del saúco sea particularmente adecuada para estos experimentos.
Los objetos que se acercan al péndulo se han cargado previamente por frotamiento. El fenómeno de electrización por frotamiento no es más que el paso de electrones de un cuerpo a otro, adquiriendo ambos carga eléctrica de distinto signo. Los materiales utilizados son aislantes ya que al frotar dos conductores cualquier mínimo intercambio de carga queda inmediatamente equilibrado por la conducción en el contacto. Algunos materiales tienen mayor tendencia a ceder electrones, quedando cargados positivamente, como el vidrio, mientras otros tienen tendencia a captar electrones, quedando cargados negativamente, como el ámbar o resina sólida. Cuando frotamos uno de estos cuerpos podemos comprobar que se ha cargado con una sencilla experiencia: si lo acercamos al péndulo eléctrico, la bola de saúco es atraída y si el cuerpo la toca entonces se repelen. La explicación es que al acercar el cuerpo cargado, aparece una cierta acumulación de carga de signo opuesto en el lado más próximo de la bola cuya atracción por la del cuerpo provoca el acercamiento del péndulo; al tocarse, parte de la carga del cuerpo se transfiere a la bola de saúco, acumulándose cierta carga, ahora del mismo signo, en la bola lo que origina la repulsión.
Tanto el vidrio como el ámbar van a producir el mismo efecto sobre un péndulo eléctrico aislado, ahora bien, si tomamos dos péndulos eléctricos próximos entre sí y se cargan por contacto, uno con el vidrio y otro con el ámbar, se observará como se acercan uno a otro. Esto es debido a que se han cargado con carga de distinto signo, el péndulo tocado por el vidrio se ha cargado positivamente y el péndulo tocado por el ámbar se ha cargado negativamente. Ahora sabemos que el ámbar tenía un exceso y el vidrio una escasez, de electrones, pero en la antigüedad la observación del fenómeno anterior u otros análogos sólo permitió establecer la existencia de dos tipos distintos de “electricidad” (curiosamente denominaron “positiva” al tipo que poseía el vidrio y “negativa” a la del ámbar, cuando en realidad el exceso (de electrones) seguía la regla inversa: esta convención arbitraria se ha mantenido por comodidad hasta nuestros días).
Si el experimento anterior se realizase tocando ambos péndulos con el mismo cuerpo veremos que, en lugar de atraerse como antes, ahora se repelen; se han cargado con carga del mismo signo.
Los objetos que se acercan al péndulo se han cargado previamente por frotamiento. El fenómeno de electrización por frotamiento no es más que el paso de electrones de un cuerpo a otro, adquiriendo ambos carga eléctrica de distinto signo. Los materiales utilizados son aislantes ya que al frotar dos conductores cualquier mínimo intercambio de carga queda inmediatamente equilibrado por la conducción en el contacto. Algunos materiales tienen mayor tendencia a ceder electrones, quedando cargados positivamente, como el vidrio, mientras otros tienen tendencia a captar electrones, quedando cargados negativamente, como el ámbar o resina sólida. Cuando frotamos uno de estos cuerpos podemos comprobar que se ha cargado con una sencilla experiencia: si lo acercamos al péndulo eléctrico, la bola de saúco es atraída y si el cuerpo la toca entonces se repelen. La explicación es que al acercar el cuerpo cargado, aparece una cierta acumulación de carga de signo opuesto en el lado más próximo de la bola cuya atracción por la del cuerpo provoca el acercamiento del péndulo; al tocarse, parte de la carga del cuerpo se transfiere a la bola de saúco, acumulándose cierta carga, ahora del mismo signo, en la bola lo que origina la repulsión.
Tanto el vidrio como el ámbar van a producir el mismo efecto sobre un péndulo eléctrico aislado, ahora bien, si tomamos dos péndulos eléctricos próximos entre sí y se cargan por contacto, uno con el vidrio y otro con el ámbar, se observará como se acercan uno a otro. Esto es debido a que se han cargado con carga de distinto signo, el péndulo tocado por el vidrio se ha cargado positivamente y el péndulo tocado por el ámbar se ha cargado negativamente. Ahora sabemos que el ámbar tenía un exceso y el vidrio una escasez, de electrones, pero en la antigüedad la observación del fenómeno anterior u otros análogos sólo permitió establecer la existencia de dos tipos distintos de “electricidad” (curiosamente denominaron “positiva” al tipo que poseía el vidrio y “negativa” a la del ámbar, cuando en realidad el exceso (de electrones) seguía la regla inversa: esta convención arbitraria se ha mantenido por comodidad hasta nuestros días).
Si el experimento anterior se realizase tocando ambos péndulos con el mismo cuerpo veremos que, en lugar de atraerse como antes, ahora se repelen; se han cargado con carga del mismo signo.
10 comentarios
anonimo -
guido -
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaleluya... me encanta el chocolate m.....
Anónimo -
Anónimo -
los ke escriben aqui
jajajajaja
yo lo escribi por que fue un reto
Anónimo -
Benson -
bella esmeralda renteria andrade -
mariana -
cesi -
teresa -