Aurora-Boreal
Cuando empezaba el año 1927 un prestigioso ingeniero de Oslo recibió una señal de radio proveniente de la estación PCJJ de Eindhoven (Holanda). Luego de tres segundos llegó un eco de esa misma emisión. Tal retraso llamó la atención del científico holandés que trato de repetir el experimento. Después de muchos intentos logró hacerlo el 11 de octubre de 1928.
Un acontecimiento similar le sucedió a Rasmussen en el año 1974 cuando se encontraba estudiando la reflexión de las ondas de radio en la Luna. Su método era sencillo, enviaba señales al satélite y aguardaba 2.6 segundos a recibir las ondas reflejadas. Cuando menos lo esperaba apareció una segunda señal con un retraso de 2 segundos. Esta señal contaba con las mismas características que la primera pero era más débil.
En la actualidad, estos ecos de radios de larga tardanza siguen siendo un misterio. El tema de los raros fenómenos que pasan en nuestra atmósfera tiene la capacidad de desafiar nuestro poder explicativo. No porque sean de origen sobrenatural, sino porque son muy raros como para poder ser estudiados en detalles.
0 comentarios